La semana pasada, durante Gamescom 2024, la compañía surcoreana Pearl Abyss mostró al mundo su nuevo proyecto, Crimson Desert, una aventura medieval de mundo abierto para un jugador con tintes fantásticos
Contenido primeras impresiones Crimson Desert de Pearl Abyss en Gamescom 2024
Visualmente increíble, pero…
Nada más entrar en el stand fui recibido por una pequeña presentación de aproximadamente unos 10 minutos de duración, en el que se explicaban los controles y donde nos irían familiarizando con el título para ir abriendo boca hasta que llegara el turno de ponerse a los mandos.
Y, al terminar dicho video, justo eso es lo que hicimos, entrar en materia y probar el juego durante una hora de demo en la que teníamos a nuestra disposición el tutorial y cuatro enfrentamientos contra jefes.
Al empezar el tutorial confirmé lo que sospechaba gracias al vídeo de presentación: Crimson Desert es un portento en el apartado técnico. No debería ser sorpresa, pues ya hemos visto de lo que son capaces de hacer en este apartado en Black Desert Online, su anterior juego.
Pero aquí, gracias al uso de su nuevo motor, el Black Space Engine, han superado el listón auto impuesto que tenían y logran que, en ocasiones, te plantees si estás viendo un juego o metraje de la vida real. Esto es notable, sobre todo, en los paisajes, los cuales están recreados con un gran nivel de detalle, incluso cuando se encuentran en la lejanía.
No es oro todo lo que reluce
Por desgracia, y por mucho que me gustaría hacerlo, no puedo hablar igual de bien del combate, y es que este título tiene una serie de lastres que hacen que la experiencia en cuanto a jugabilidad no sea la más agradable posible. Todos estos lastres empiezan a verse ya desde la batalla tutorial, dónde nos enfrentamos a un grupo grande de enemigos. La mejor forma de definir estos problemas es el tener el sentimiento en ocasiones de que nuestros ataques no tienen peso.
Si, nuestros ataques impactan en los enemigos y les hacen daño, pero en ocasiones parece que no lleguen a inmutarse por ello, siguiendo ellos su patrón de ataque establecido. Este problema se acrecienta cuando llegamos a las batallas con los jefes, en los que directamente llegan a cortar nuestro combo como quien no quiere la cosa, convirtiendo los combates contra ellos en una experiencia algo un tanto frustrante.
Pero este no es el único problema que encontré en el combate, y es que Crimson Desert no cuenta con un sistema de fijado de enemigos tradicional. En lugar de fijar enemigos con la pulsación de un botón, Kliff, nuestro personaje, fijará su atención en el enemigo más cercano que tengamos de forma automática.
Esto funciona contra los enemigos que nos podemos encontrar normalmente, pero, cuando ese enemigo es uno que se mueve rápidamente o que incluso se teletransporta a nuestra espalda, el no tener fijado se convierte en un gran hándicap en nuestra contra, el cual hace que los combates pasen a ser caóticos.
Todo esto, sumado a una dificultad elevada que me hizo plantearme si realmente se me da bien esto de los videojuegos, hizo que, a pesar de estar la hora completa probando el juego, tan solo pudiera completar tres de los jefes, viendo solo la cinemática inicial del cuarto.
Un juego con mucho potencial
Quiero terminar mis impresiones en nota positiva, pues, al terminar mi sesión de juego, lo primero que hicieron fue preguntarme por feedback, y cuando expresé mis preocupaciones se mostraron muy receptivos y ofrecieron posibles soluciones.
Crimson Desert tiene una buena base y luce muy interesante, y, si consiguen pulir todos estos detalles, no dudo en que puede ser un título muy competente que nos proporcione horas y horas de diversión. Pero, por ahora, tocará esperar a las siguientes apariciones para comprobar si progresa adecuadamente.