¡Abre tu corazón!
El pasado 15 de Diciembre pudimos asistir en cines a la premiere de la tercera entrega de Sonic La Película, de la cual tenéis el análisis disponible aquí.
Nunca había visto las dos primeras, es más, ni siquiera había jugado a un juego de Sonic de forma completa. Y, para más inri, los dos que había probado eran, probablemente, los menos Sonic que existían: de pequeño jugué un par de partidas al Sonic Riders y una niña de mi escuela me regaló el Shadow The Hedgehog porque a ella no le gustaba, pero no me terminó de llamar la atención (cómo no lo hizo un erizo con pistolas y explosiones es algo que hoy no logro entender) y nunca lo jugué más allá del primer día.
Lo curioso de mi caso es que mi vida siempre ha estado unida a Sega de una forma u otra: uno de mis juegos favoritos es OutRun 2006, del que ya hice un retroanálisis en la web, pero es que también disfruté en mi infancia de Virtua Tennis, The House of the Dead, Sega Rally y Crazy Taxi entre otros, y ahora entre mis sagas favoritas se cuelan algunas de la marca nipona como Yakuza o, naturalmente, Persona. Por ello, esta invitación la vi como una señal, o más bien un toque de atención divino para que, de una vez, me pusiera las pilas y conociera al jefe, al buque insignia de la compañía.
Fueron dos días intensos, pero entre el 14 y el 15 de Diciembre vi las tres películas, las dos primeras desde la comodidad de mi casa y la tercera en la ya comentada premiere. Y disfruté tanto haciéndolo que, al poco de llegar a casa, me dirigí a mi Xbox y compré el primer Sonic Adventure. Las películas (y Aeon de forma encubierta) cumplieron su misión: me había enganchado al erizo azul.
Índice del retroanálisis de Sonic Adventure
6 personajes, cada uno con su historia y sus mecánicas
Lo primero que me sorprendió de Sonic Adventure al iniciarlo por primera vez fue el hecho de que no es un título sólo de Sonic. Si, es el personaje que más peso tiene en la historia, pero a él se unen otros cinco personajes: Miles “Tails” Prower, Knuckles the Echidna, Amy Rose, Big the Cat y el robot E-102, también conocido como “Gamma”, todos ellos con unas mecánicas y, a veces, mapas distintos que hacen que jugar sus misiones no se sienta repetitivo.
La jugabilidad entre personajes más parecida sería la de Sonic y Tails, pues comparten parte de los mapas al ir juntos en gran parte de la historia, y, mientras que con Sonic el objetivo en los niveles es llegar a la meta, en el caso de Tails se añade una condición extra, y es que siempre tendrá que llegar antes que Sonic a la misma.
Obviamente Tails no es rival para el erizo más rápido del mundo en cuanto a velocidad, pero tiene un as bajo la manga, pues el pequeño zorro amarillo puede usar sus dos colas para rotarlas como si de una hélice se tratara y así volar con ellas, consiguiendo atajar por lugares a los que Sonic no puede acceder. Por ello, las fases de Tails son, probablemente, mis favoritas de todo el juego, pues la libertad que te dan en ellas para terminarlas es algo que se agradece.
En el caso de Knuckles, tendremos que buscar tres fragmentos de la Master Emerald que estarán repartidos por una zona con la ayuda de un radar de proximidad. Algunos estarán a simple vista y podremos recogerlos sin problema, pero otros serán de más difícil acceso, llegando a tenerlos enemigos que lo soltarán cuando los derrotemos o estando dentro de estatuas que tendremos que destruir.
Amy, por otra parte, tendrá que escapar constantemente de las garras de un robot del Doctor Eggman, escapando de las fases subida a un globo. Pero no estará indefensa, pues Amy cuenta con su característico martillo, dispuesta a repartir estopa a quien se le ponga en su camino, y al robot si se le ocurre acercarse demasiado.
Por último, con Big el juego se convertirá en un simulador de pesca que pondrá a prueba nuestra paciencia y habilidad, en el que tendremos que capturar a Froggy, su amiga rana, y con E-102 Gamma tendremos que rescatar a sus “hermanos” robot mientras avanzamos por la fase disparando a todo lo que se mueva. Que, todo sea dicho, a mí más que rescatar me parece que estamos destruyendolos a cañonazos, pero como yo no sé de robots no opino.
Todas las historias están conectadas entre sí, y, para poder jugar con el resto de personajes, tendremos que avanzar en la de Sonic hasta que conozcamos a dicho personaje. Cada una de ellas cuenta con un final distinto y al completarlas todas, tendremos acceso a un capítulo extra, el cual hace de final verdadero, y en el que manejaremos a la forma definitiva de Sonic: Super Sonic.
En esta última fase tendremos que enfrentarnos a Chaos, un antiguo Dios de la Destrucción que es despertado por Eggman para completar su plan de reducir Station Square, el lugar donde reside Sonic, a cenizas, y después edificar Robotnikland, porque… ¿A quién no le va a gustar un parque temático gigante?
Durante las distintas historias vamos aprendiendo los motivos que llevaron a Chaos a comportarse de esta manera, además de verlo transformarse una y otra vez cada vez que consume una Chaos Emerald, hasta llegar a su forma definitiva al tener las 7 a su disposición. Pero, al final, Sonic consigue derrotarlo y así salvar Station Square… O lo que queda de ella, porque está derruida e inundada, pero bueno, una victoria es una victoria.
A pesar de los años, sigue manteniendo el tipo
Es curioso que lo haya jugado justo ahora, pues Sonic Adventure fue lanzado hace la friolera de 26 años, el 23 de Diciembre de 1998, por lo que he estado jugándolo mientras era su aniversario sin saberlo. Ni siquiera había nacido yo cuando salió a la venta, aunque lo haría tan solo 6 días después de su lanzamiento. Pero, cuando ví la fecha de lanzamiento, no pude evitar arquear una ceja cuestionando si lo que acababa de leer era correcto. Porque si, es verdad que he jugado la versión de Xbox 360, y encima lo he hecho en una Xbox Series X.
Y si, los modelos de personajes no jugables son de baja resolución, las animaciones en ocasiones son un poco robóticas, hay cortes abruptos entre escenas o canciones, pero, teniendo en cuenta otros lanzamientos de la época, lo que conseguía Sonic Adventure a nivel técnico era algo encomiable, y al ver que era prácticamente un título de lanzamiento de Dreamcast, una consola que siempre he querido tener porque me llama mucho la atención, todo me encajó.
Que fuera puntero en lo técnico no significaría nada, al menos para mi, si jugablemente no fuera divertido, pero, por suerte, este Sonic Adventure es todo lo contrario. Salvo en algunas ocasiones en las que me he encontrado con algún bug que ha hecho que pierda una vida, y en algunos momentos en las fases de Big The Cat me hayan dado ganas de comer ancas de rana cuando pillara a Froggy, he disfrutado mucho jugándolo por primera vez. Los controles son intuitivos, responden bien y hacen que, en pocas horas, te sientas cómodo jugando. En ese sentido, ha envejecido de una forma impecable y que ya le gustaría a muchos juegos de la época.
Una banda sonora increíblemente buena
Y, hablando de cosas que han envejecido bien, lo que lo ha hecho como el buen vino es su banda sonora. La única canción que conocía del universo de Sonic hasta la fecha era la de “I Am… All Of Me”, perteneciente al videojuego de Shadow, y si lo hacía era por el hecho de que se ha convertido en parte en un meme, aunque me sigue pareciendo una canción muy chula. Por ello, cuando inicié Sonic Adventure y me recibió “Open Your Heart” de Crush 40 me quedé maravillado.
Pero es que no acababa ahí la cosa, pues las canciones de las distintas fases acompañan perfectamente junto con las canciones específicas de cada personaje, y la gran mayoría de ellas han ido directas a mi playlist de canciones de videojuegos. Los temas de Sonic, Tails, Amy, E-102 Gamma, Eggman, el ya mencionado «Open Your Heart»… Podría enumerar todos y cada uno de mis favoritos, pero mucho me temo que haría que este análisis durara unos cuantos minutos más como poco.
Por lo que he podido comprobar estos días, no es una cosa exclusiva de Sonic Adventure, y es que me han mostrado algunas canciones de Sonic Frontiers y también se han unido a mi lista. Fans de Sonic, la próxima vez no os tengáis esto tan callado y compartid los temazos, por favor os lo pido.
Conclusión
Sonic Adventure, a pesar de tener ya el cuarto de siglo, sigue siendo una experiencia divertida y una gran puerta de entrada al mundo del erizo azul. Acompañado de que se encuentra disponible en plataformas modernas como Steam o Xbox (Sony, ponte las pilas con la retrocompatibilidad) por menos de lo que cuesta un menú kebab y que la franquicia está en un punto álgido gracias a las increíbles películas, es el momento perfecto de volver a jugarlo o de descubrirlo por primera vez. O, como diría alguien, de vivirlo y aprender de él. Pero ya hablaremos de ese alguien en otro momento. Por ahora, después de salvar Station Square, toca disfrutar de un merecido descanso.