Curse of the Sea Rats es el nuevo metroidvania (o ratoidvania) desarrollado por Petoons Studio y distribuido por PQube. Un precioso juego con animaciones diseñadas a mano y reminiscente de clásicos como Symphony of the night y Metroid. En un género lleno de competición y duros oponentes como Hollow Knight, que han aportado nuevos cambios a la formula, Curse of the sea rats se arriesga con mecánicas de jugabilidad y una estructura que cuenta con elementos más tradicionales y retro.
CONDENADOS A ROEDORES
En un día lluvioso y repleto de tormenta, la temida pirata Flora Burn ataca y transforma la tripulación de un barco en ratas. Mientras ella y su tripulación secuestran al hijo de un Almirante que transportaba un grupo de prisioneros condenados a muerte, el Almirante decide dejar a los 4 guerreros en libertad, si consiguen salvar a su hijo pequeño. Es aquí donde empieza nuestra aventura en búsqueda del pequeño Timothy y la forma de recuperar sus cuerpos humanos, en una isla repleta de piratas, peligros, tesoros y muchas más sorpresas. También conocemos a un ser mágico que vive dentro de un amuleto poderoso, personaje es el que nos ofrece mejoras de estadísticas y habilidades nuevas.
A lo largo de nuestro camino veremos una gran cantidad de personajes con los que podremos interactuar, como vendedores que nos aportan recursos útiles, personajes secundarios con tareas para darnos y jefes que nos impiden de avanzar.
Los diálogos con los personajes no son los más fascinantes del mundo, pero algunos aportan datos curiosos de la isla y otros nos ofrecen algo de humor. Los jefes tampoco son muy interesantes, pero sus enfrentamientos están bien diseñados y es muy satisfactorio derrotar a un villano para conseguir una mejora de personaje.
Aparte del principio y al final de la historia, los cuatro personajes tampoco interactúan más veces entre sí, lo cual es algo decepcionante. A quienes sí tenemos más oportunidades de conocer es a los miembros de la tripulación a Flora Burn, los cuales tienen sus características humorísticas para hacerte soltar una sonrisa, pero eso es todo. Sus personalidades no van más allá de la comedia.
Los protagonistas tienen orígenes interesantes que no son muy desarrollados y el personaje mágico que nos acompaña en toda la aventura también puede llegar a ser muy agotador, picando y vacilando al jugador con cada muerte que sufre. Sería genial si el que lo hiciera fuera la villana y no nuestro mayor aliado.
ESTILO DE LA RATA
En cuanto a la jugabilidad, Curse of the Sea Rats me recuerda mucho a los Metroivania clásicos de hace años. Tiene un enorme mapa lleno de caminos por explorar, con salas especiales para curarse, otras para teletransportarse y también salas secretas con tesoros.
Llegar a cada rincón del mapa puede ser un problema para algunos jugadores, ya que el juego no da pistas, ni enseña por completo las zonas a las que entramos. Tuve que investigar cada minúscula parte de cada zona y acordarme de volver por los caminos a los que no pude entrar antes. Al principio era fácil de recordar, pero a medida que avanzaba se iba convirtiendo en una tarea más tediosa.
El combate también puede llegar a ser muy rígido. Cada personaje tiene un combo que se puede hacer pulsando repetitivamente el botón de ataque, quedándose completamente parado y dañando los enemigos cercanos.
Hay muy poco movimiento en el combate, hasta que más adelante desbloqueas la habilidad de saltar hacia delante o hacia atrás. También podemos hacer contraataques si bloqueamos en el momento justo, pero no era algo que utilizaba mucho, ya que era más seguro saltar o huir del enemigo y regresar para rematarlo.
Los enfrentamientos contra enemigos y jefes se convirtieron en un chiste cuando pude desbloquear la habilidad de robar vida al dañar a los enemigos. Recuperaba la vida tan rápidamente que no me podían matar, incluso si me quedaba parado delante del jefe pulsando el cuadrado.
Aún así, subir de nivel y desbloquear habilidades nuevas era muy adictivo y los jefes seguían siendo divertidos, aunque ya no mostrasen ningún tipo de peligro. Mi curiosidad por explorar la siguiente zona del mapa y conseguir una nueva mejora de personaje hacía que me siguiera sintiendo recompensado por continuar la aventura.
La mayor diferencia entre los personajes en cuestión de jugabilidad es la habilidad especial que tiene cada uno. Por ejemplo, Douglas lanza bolas de fuego y Akane tiene un ataque giratorio hacia delante.
Los cambios no son muy significativos, pero la aventura me ha ofrecido puntos de mejora suficientes para mejorar 3 personajes al completo. Lo mejor es que el nivel de personaje se comparte entre todos, así que es muy aconsejable probarlos todos. El juego también nos da la posibilidad de pasar el mando a un amigo (o a tres) para que puedan usar los otros personajes.
OPCIONES PARA TODOS
Puede llegar a pasar que el jugador se quede atascado y no sepa cómo avanzar en la historia. Incluso llegué a descubrir una zona de bajo nivel cuando ya tenía mi personaje mejorado al máximo. Esto hizo que el desafío de la zona fuera nulo, pero también encontré en esa zona una habilidad muy importante que me llevó a poder avanzar.
No hay malos caminos, siempre se encuentra algo útil. Incluso la caja más pequeña puede tener una llave que nos lleva al siguiente nivel. Cuando morimos perdemos la mitad de los puntos de mejora de personaje, al estilo de Dark souls, pero los podemos recuperar si volvemos a la zona. Es una buena manera de castigar al jugador sin ser muy injusto con él.
Algo que me ha sorprendido muchísimo fue la adición del «catalán» a los idiomas del juego, una agradable sorpresa que significa más opciones para los jugadores de España.
La traducción está muy bien conseguida y no he encontrado fallos gramaticales. Aunque sí he encontrado problemas de traducción en ciertas partes del juego, donde el texto no llegaba a traducirse del todo, quedándose en inglés. Seguramente esto sea algo que arreglen con una actualización en los primeros días del lanzamiento.
Algo que no puedo negar es que este juego es precioso. Su arte diseñado a mano es increíble y me gustan mucho los diseños de los personajes. Su banda sonora también es encantadora y la gran variedad de escenarios me hacía olvidar que todo formaba parte de una misma isla.
Si en el tema de arte y sonido, Curse of the Sea Rats se lleva un sobresaliente, no puedo decir lo mismo de las actuaciones de los actores de voz. Algunos se esfuerzan mucho, pero otros dejan bastante que desear e incluso es difícil entenderles al hablar. He encontrado este problema sobre todo con Akane, la guerrera japonesa, que habla con un acento cerrado, y las criaturas de la isla, que son muy difíciles de entender si no fuera por los subtítulos.
CONCLUSIÓN
Curse of the sea rats es un metroidvania que deja mucho que desear en ciertos aspectos. El plataformeo puede ser muy tedioso a causa del movimiento poco desarrollado que tienen los personajes, y el combate es rígido y muy sencillo.
Sin embargo, también una increíble experiencia para los ojos y los oídos. Los enfrentamientos contra jefes son muy divertidos. El mapa es muy variado, con gran cantidad de enemigos diferentes, y la posibilidad de usar 4 personajes distintos proporciona nuevas maneras de enfrentarnos a los peligros. Además de tener la oportunidad de jugar entre amigos, el cooperativo es muy divertido, aunque hace el juego mucho más fácil.
Mi experiencia nunca fue repetitiva ni aburrida y no quería soltar el mando hasta que terminase de explorar al completo una zona. Solo es una pena que sea tan difícil encontrar cada camino que se puede cruzar.
Con unas mejoras de combate y de más opciones de calidad de vida para la exploración, esta podría ser una experiencia que recomendase a todos. Por el momento, solo lo puedo recomendar a los fans del género que no se quieran perder una nueva aventura 2D.
Curse of the Sea Rats sale a la venta el próximo 6 de abril para PC, PS5, PS4, Xbox One y Nintendo Switch.
Reseña realizada en PS5 gracias a un código digital proporcionado por PQube.