Ghostwire Tokyo es el nuevo juego de Tango Gameworks, dirigido por Shinji Mikami y distribuido por Bethesda, muchos de vosotros recordareis cuando se presentó Ghostwire en el E3 de 2019 junto con el director del proyecto e Ikumi Nakamura. Infelizmente, Nakamura abandonó el proyecto como directora creativa, pero sigue siendo mencionada en los créditos del videojuego.
Ghostwire nos presenta con una premisa interesante, en una noche como cualquier otra, una niebla misteriosa secuestra a todos los habitantes de Tokio y lo único que se queda atrás son sus ropas, ahora la ciudad está desierta, salvo por la gran cantidad de monstruos y espíritus reconocibles del Folclore japonés que quieren consumir las almas de los ciudadanos afectados. Nuestro protagonista, llamado Akito, debe de unirse al espíritu de un policía con poderes psíquicos para salvar a su hermana de un misterioso hombre enmascarado con malvados planes.
Zoo espiritual
Caminando por las calles de Tokio nos encontraremos con todo tipo de espíritus, algunos amigables y otros no tanto, los enemigos, llamados los visitantes, quieren absorber las almas de los ciudadanos y de paso la nuestra también, es nuestro trabajo impedir que se salgan con las suyas.
Hay diferentes tipos de enemigos, como los visitantes normales, equipados con un paraguas que puede bloquear tus ataques, las colegiadas sin cabeza que son tan rápidas que nos obligan a reaccionar apresuradamente a sus ataques, o tal vez te encuentres con Kuchisake-onna, la criatura con la boca cortada y abierta de una oreja a la otra que nos ataca con unas tijeras gigantescas para darnos un cambio visual a su estilo. El diseño de estas criaturas del Folclore Japonés me ha parecido muy bien conseguido y siempre era una agradable sorpresa encontrarme con un nuevo tipo de visitante. Puede que incluso te pierdas por las calles de Tokio y te encuentres con algún encuentro sorpresa.
Por otro lado cabe destacar que no todo son enemigos en Ghostwire, también nos encontraremos con varios Yōkai amables que nos ayudaran a lo largo de nuestra aventura, como los gatos que manejan las tiendas de Tokio, te venderán comida y equipamiento para mejorar nuestras habilidades, también veremos los varios espíritus que nos darán faena opcional a cambio de almas y Magatamas, un objeto que se usa para mejorar a nuestro protagonista. Además, ¿Quién puede negarse en acariciar a todos los perros que nos encontraremos por las calles de la ciudad?
Silent «Tokyo» Hill
El antagonista ha dejado a Tokio rodeado de una niebla venenosa que nos matará si nos atrevemos a cruzarla, para dispersar la nube letal que nos rodea debemos encontrar y purificar los portales Torii que están escondidos por toda la ciudad.
Pude apreciar mejor el gran mundo de Ghostwire a la medida que buscaba estos portales y debo de admitir que descubrir todas las zonas de Tokio fue una maravilla, el mundo se siente muy real e idéntico a la ciudad autentica (salvo por los espíritus malvados que desean absorber nuestra alma).
Para hacer nuestro viaje por la ciudad menos tedioso, contamos con los Tengu, una criatura que nos permitirá alcanzar los tejados de los edificios al instante. Más adelante desbloqueamos la manera de poner invocar estas criaturas y así llegar a todos los rincones de Tokio. Eso y la capacidad del protagonista de planar en el aire durante unos segundos hace que podamos viajar rápidamente por la ciudad. Admito que era divertido tirarse de un edificio para cruzar toda la ciudad en segundos.
El mundo está repleto de cosas que hacer, como buscar coleccionables característicos de la cultura japonesa, encontrar estatuas Jizo que aumentan tus poderes, cajas que te dan dinero, tanukis disfrazados y mucho más. También debemos de capturar las almas de los ciudadanos afectados por el ataque, para luego traerlas devuelta a la vida una vez todo esté acabado. Pocas veces he sentido que mi exploración no era recompensada, convirtiendo la ciudad en más que una mera distracción antes de avanzar en la historia. Disfruté mucho de visitar cada rincón repleto de una mezcla entre la modernidad y la tradición de Japón, me sentía como un turista visitando Tokio y sus zonas memorables como Shibuya. De todos los juegos que toman lugar en Japón, Ghostwire Tokyo es el que mejor consigue recrear su famosa capital.
Por otro lado las misiones secundarias son sosas y poco originales, sentía que estaba haciendo lo mismo en casi todas las tareas que me daban, moverme de punto A a punto B para traer de vuelta un objeto que nos piden los NPC sin cara ni reconocimiento. Pero por otro lado estas misiones aportan bastantes más almas que las misiones principales, pude subir de nivel rápidamente con solamente hacer unas pocas misiones, así que no fueron una completa pérdida de tiempo. Es muy satisfactorio llevar todas las almas acumuladas a los teléfonos de la ciudad, donde las enviamos a nuestro compañero Ed, quien trabaja con nosotros para traer a los ciudadanos de Tokio devuelta a la vida.
Pasaje del terror
La promesa de Ghostwire es hacernos sentir como si estuviéramos en Tokio y que nuestras vidas están constantemente en peligro, los enemigos pueden aparecer en cualquier esquina, pero nunca me sentí aterrorizado. Los diseños de los visitantes son aterradores, pero las poderosas habilidades que me otorgaron para defenderme de ellos me hicieron sentir seguro, además de la capacidad de huir fácilmente de un enfrentamiento, lo cual no es bueno para un juego de terror.
Ghostwire tiene una historia con una premisa interesante que infelizmente no va a ninguna parte. Está repleta de estos momentos en los que te obligan a hacer desvíos cuando estás a punto de hacer algo chulo e interesante. Como cuando nuestro protagonista encuentra una moto mágica que usará para llegar a una nueva zona del mapa, pero primero debemos de ir a por aceite espiritual y enfrentarnos contra hordas de los mismos enemigos, con un combate que deja mucho que desear.
Contamos con ataques en forma de proyectiles que Akito dispara con sus manos, un poder otorgado por nuestro compañero espiritual, los ataques varían en tres tipos: Proyectiles rápidos de viento, fuertes de fuego y de amplio alcance de agua. También contamos con otras maneras de defendernos, como un arco que dispara flechas mágicas o talismanes que nos ayudan a parar el enemigo y a defendernos, pero la mayor parte del tiempo estuve usando los ataques normales porque eran más eficaces que el resto, además de que el juego te otorga munición constantemente para ello. Tenemos también la posibilidad de derrotar a los visitantes con sigilo, pero no es una mecánica que esté muy bien desarrollada y llegué incluso a olvidarme de su existencia.
Nuestro protagonista cuenta con un árbol de habilidades en el que podemos gastar la experiencia acumulada, pero lo que realmente conseguimos es otorgar más potencia a las habilidades que ya tenemos, como disparar un poco más rápido, nunca conseguimos algo nuevo y excitante, por lo tanto no sentí que estuviera teniendo un gran impacto en el combate. Por otro lado el juego nos da la oportunidad de cambiar el aspecto a Akito con varias piezas de ropa que vamos encontrando por el mundo, pero teniendo en cuenta que toda la ciudad está llena de ropa de sus ciudadanos raptados, no me sorprende.
Ghostwire también es algo débil en su elenco de personajes. Akito es un protagonista genérico con poco que contar y que no sabe nada de lo que está pasando. Es básicamente el personaje que representa la audiencia. Su mayor contribución en la historia es hacer preguntas a nuestro compañero, KK, quien aporta algo más de carisma a este dúo y explica cómo funciona todo con lo que se encuentra, haciéndome creer que hubiera sido mejor tenerlo a él como protagonista. Los demás personajes son poco memorables y tienen pocas escenas para mostrar su valor, pero la química entre Akito y KK es uno de los puntos más elevados en la narrativa, empezando como amigos improbables que crean un vinculo amistoso y emotivo a lo largo del viaje.
Conclusión
Ghostwire Tokyo sufre de problemas en su narrativa, pero su jugabilidad es adictiva y su mundo muy inmersivo. La atención con el detalle es impresionante y se puede notar la pasión de sus desarrolladores en todos los elementos de la cultura japonesa y de su mitología. Su apartado artístico es sin duda donde más brilla el videojuego, con unos diseños creativos y terroríficos. Por otro lado su combate puede llegar a ser repetitivo y no aporta muchas opciones a los jugadores. El contenido secundario me decepcionó, sobre todo después de leer todas las descripciones interesantes sobre los objetos en nuestro alrededor y la posibilidad de explorar aún más sobre el Folklore japonés.
Cabe también destacar que Ghostwire está completamente traducido al castellano, cuenta con subtítulos y voces en español.
Ghostwire: Tokyo es la representación de un buen juego que podría haber sido mucho más, con un mundo abierto lleno de potencial, que no llega del todo a alcanzar su resplandor y una historia poco inspiradora con un final aceptable.
He disfrutado de mi tiempo jugando Ghostwire, pero me temo que este no sea un juego al que volveré muy pronto tras completar su campaña.
Reseña realizada en PC.